viernes, 13 de mayo de 2011

La vida es sueño

quien no ha soñado alguna vez estar vagando por una ciudad en busca de su casa y no llegar a encontrarla. Puede llegar a ser de lo más desesperante y agobiante y, nos hace pasar un mal rato hasta que despertamos y comprobamos que todo se trataba de un sueño, o no...

Anoche, mientras conducía intentando regresar a casa, tuve esa horrible sensación y, hubo un momento en el que ya me parecía que estaba inmersa en un sueño.

El punto de partida era la calle Alberto Aguilera y el destino, mi casa. Siempre sigo la misma ruta ; Plza España, Cuesta de San Vicente, túnel de la M-30 dirección Toledo y Fernandez Ladreda. Esto lo hago en 10- 15 minutos máximo, eso sí, si todo transcurre con normalidad ya que, a veces, cortan el túnel y tengo que dar una vuelta hasta Casa de Campo y tomar el túnel por el sentido contrario, pero aun así, sigue siendo poco complicado y, llego a casa. Anoche, pensé que no llegaría nunca... ya eran pasadas las 23:30 cuando partí de Alberto Aguilera. Como de costumbre, Pza de España, Cuesta San Vicente y, túnel cortado dirección Toledo en ambas direcciones. Poca no, poquísima gasolina en el depósito pero, creo que podré llegar a casa si salgo del túnel y cojo la M-30 por la superficie. Llego al punto donde se toma y también está cortado. Pienso rápidamente mientras me apura mirar el lector de la gasolina, DEBE REPOSTAR+ luz roja parpadeante. Escucho un sonido musical que se funde con la música que estaba sonando en la radio, bajo el volumen y era el móvil de Arturo que se le había caído en el suelo y se estaba auto llamando. En ese instante no hago caso y solo pienso en encontrar gasolinera. En ese instante recuerdo que a unos 3 kilómetros hay una por el alto Extremadura y, allí que me dirijo moderando la velocidad con el fin de no quedarme tirada. REPSOL a lo lejos, que alegría, lo he conseguido!! A punto estuve de llenar el deposito pero al final con 30 euros, calmé mi ¨sed¨. Llamo a mi hijo para contarle lo sucedido y decirle que llegaré no tardando mucho. Se escucha el teléfono de nuevo y, esta vez consigo hablar y ofrezco ir a llevar el teléfono a su dueño. Desde este punto a Alberto Aguilera, son 5 minutos y, efectivamente, lo fueron. Entrega y otro adiós. Obviamente, no vuelvo a los túneles y decido ir por el centro de la ciudad, por C/Bailen. Es la primera vez que voy por aquí y, me confundo de carril desviándome nuevamente por completo de la ruta buena a seguir. Esta confusión me lleva hacia Opera, bueno, no está mal pienso.. allí giro a la derecha y nuevamente en calle Bailen pero, de eso nada, han transformado por completo la plaza de Isabel II y ya no se puede girar a la derecha, solo puedo seguir recto e ir viendo por donde puedo ir siguiendo mi buen sentido de la orientación pero, una calle prohibida, otra cortada, prohibido girar… no me lo puedo creer, ahora estoy en Gran Vía otra vez y debo bajar calle abajo para nuevamente llegar a Pza España y, esta vez con mucho cuidadito, volver a desviarme y coger el maravilloso carril que me lleve a C/Bailen. Consigo hacerlo bien esta vez y respiro profundamente. C/Bailen, Puerta de Toledo, Pirámides, Marques de Vadillo y, Fernandez Ladreda. Me digo a mi misma en voz alta; que maravilloso es el barrio! Y me pongo súper contenta. Me dispongo a aparcar cuando me doy cuenta de que no lo puedo hacer en el aparcamiento ya que mañana ponen el mercadillo y no se puede estacionar de 07:00- 15:00. Ohhh noooo… tengo que buscar una plaza fuera del aparcamiento y esto, a la 01:00 es casi imposible, todo el mundo ha aparcado y nadie va a mover el coche a estas horas. Doy una vuelta, por el barrio, otra y otra… nada, no hay ni un solo espacio libre. Suena el teléfono, es mi hijo que preocupado me pregunta que por donde voy ya. Mientras conduzco muy lentamente y le voy hablando diciéndole que estoy por el barrio dando vueltas, llego a un semáforo peatonal que se pone en ámbar y lo paso. En ese momento miro por el retrovisor y veo una luz azul en movimiento… noooo. Cuelgo y meto el móvil en el bolso. No me han visto con el teléfono en la mano, menos mal.
Me paro a un lado y me echo las manos a la cara y restriego mis ojos. Llega una agente a la ventanilla y me pregunta; se encuentra usted bien? La contesto que no… que llevo mas de una hora y media dando vueltas por Madrid intentando llegar a mi casa y que al llegar al barrio, me he encontrado nuevamente dando vueltas para encontrar donde aparcar. Me pide la documentación con una expresión de lástima en su cara según me miraba, la comprueban en su ordenador y me dice; está todo bien pero, tenga cuidado con los semáforos en rojo, buenas noches. Cierto es que justo según iba pasando por el ámbar, se puso en rojo. Son la 01:20, otra vuelta más y decido meter el coche en el aparcamiento, e irme a casa, poner el despertador a las 06:30 y levantarme y quitarlo antes de la 07:00. Suena el despertador, son las 06:30. Me pongo los vaqueros y una camiseta, ni me peino ni paso por el cuarto de baño, solo quiero ir a retirar el coche para que no se lo lleve la grúa , ya lo que me faltaba… lo saco, aparco y , como un zombi camino atravesando la plaza hasta el portal, subo el tramo de escaleras, abro la puerta, me quito la ropa , pongo el despertador para las 07:30 y me meto en al cama otro rato.
Suena el despertador, son las 07:30. Justo en ese instante, al despertar otra vez, hubo un momento en el que no sabía si todo lo sucedido había sido un sueño. O es que, la vida es sueño?

2 comentarios:

  1. Angustiante y certera descripción de la vida en una gran ciudad, y no te has equivocado al incorprar la palabra zombi en tu relato.
    Si hasta mí al leerlo me ha atrapado la desesperación!
    De los sueños se despierta, de la vida a veces no...
    Y aunque parezca banal hay que saber parar, pasar página y pensar "que un día, es un día"
    Un abrazo fuerte!

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  2. jajaja
    qué bien lo has contado, nena ;
    ya sé que eres urbanita pero un tiempo en el campo no te vendría mal.
    Un beso.

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