sábado, 9 de enero de 2010

SEGUIMOS SIENDO LOS MISMOS

Me encanta pasear por Lavapiés, la Latina, caminar por esas calles adoquinadas... observo el desgaste de estos e imagino cuantas personalidades habrán caminado por ellas..escucho el ruido de los cascos de los caballos según patean las calles, los caballeros con sus capas largas que esconden sus armas en su vuelo, las damas con sus ropajes hasta el suelo, otras, las menos
damas, con sus picos pardos, los bacines … agua va! Esos carruajes de madera de marquetería y cristal biselado, la podredumbre…se huele el cólera, el frío penetra los huesos, el hambre, la pobreza, el SEÑOR, el derecho a pernada, el garrote-bill.., tan vil. Luís Candelas y su trabuco. En realidad, que poco hemos cambiado.

Me encanta pasear por Lavapiés, la Latina y sus calles asfaltadas, observo el desgaste del aglomerado e imagino cuantas personalidades habrán caminado por ellas, escucho el ruido de los motores de los coches según aceleran y frenan contaminándolo todo, los hombres llevan sus móviles y su blackberry en el bolsillo del vaquero, las mujeres visten como les da la gana, las putas también, los perros se cagan en las aceras… mierda va!! Esos grandes coches de gente grande, los indigentes, sigue oliendo a COLERA, el frío sigue penetrando los huesos, sigue habiendo hambre y también pobreza, el SEÑOR lo sigue siendo, la pernada... según se mire, el garrote se llama Politiquéo, y Luis Candelas, era un santo y le han clonado por mil. En realidad, que poco hemos cambiado, solo tenemos que ponernos los disfraces para seguir siendo … iguales.