jueves, 26 de abril de 2012

Páginas blancas

Acabo de emplear menos de una hora en visitar cada lugar que se me ha venido en mente. Solo he tenido que entrar en google maps y he viajado a las direcciones de los domicilios que conozco de mis amigos. Direcciones en Bangkok, Islandia, Romanía, Garuda, Kenya y algún que otro destino que no por conocer la dirección significa haber estado, hasta hoy. Al igual que un fantasma, así de sigilosa y ligera me he deslizado por cada uno de esos rincones sin que nadie se percatara. He vuelto al cole donde cursaba primaria en Australia, en Narrabundah y, he conseguido aproximar el zoom lo suficiente como para poder observar por una ventana , las cabezas de los niños sentados en clase. En Bangkok he visitado el edificio donde está la delegación de mi empresa en  Asia Pacific, en Islandia he visitado la casa de Arni y así sucesivamente con otros destinos. He dado una vuelta por mi plaza y la zona de aparcamiento y he ido revisando coche por coche para ver si encontraba por casualidad el mío pero, por el espesor de los coches aparcados  se distingue que las vistas están tomadas a pleno sol de medio día laborable y, obviamente, no he encontrado el coche pero, si he visto a unos vecinos cruzando el semáforo según venían del parque de pasear e, infraganti a uno de los chavales  liándose un porro sentado en uno de los  bancos de granito, a la sombra de un platanero.

Después he continuado la ¨busqueda¨ de algunos nombres que no conozco su dirección y, !eureka!, uno tras otro han ido desfilando con su correspondiente dirección y, algunos hasta con la dirección de la segunda vivienda y, nuevamente, una vez agotados los recursos que ya tenía, como eran las direcciones concretas, a través de escribir sus nombres y apellidos, he vuelto a pillarles el hilo. He paseado por pueblos de montaña, Cercedilla, Guadarrama, El Escorial, he estado por Elizondo que es mi pasión y, desde que tengo amigos en Catalunya, es uno de los destinos en los que más tiempo he empleado, Sitges para ver a Pedro, Villamajor para ver a Oscar y su familia y un paseo por Barcelona, el barrio Gótico y numerosos lugares entrañables por los cuales he frecuentado a pie y que me ha encantado revivir a vista de ¨fantasma¨. He ido calle arriba y calle abajo por un pueblo concreto en busca de una casa y, a pesar de estar segura de que ésta existe, no ha aparecido o, puede que se encontrase envuelta en la niebla que ciega  mis ojos... en éste pueblo, en este lugar, solo he percibido frío y nada más.

Si se analiza fríamente lo que estoy exponiendo y, pensando que esto lo he hecho por pasar un rato y poder llegar a escribir este texto y, he conseguido everiguar números de teléfono, direcciones de correo, domicilios, enlaces a distintos vínculos por cabeza. DNI, lugar donde se trabaja y, algún dato que ni he querido llegar a entrar y descubrir... ¿ que será si de alguna forma somos de interés para alguien? con fines amigables o no, o, sencillamente, porqué tenemos que estar expuestos públicamente a los cuatro vientos de esta forma.Se entiende de aquellos que tienen vinculos en la red y que todos saben lo que conlleva un primer acceso, el estar marcado eternamente pero, también estan expuestos aquellos que ni se asoman a la misma. ¿Como puede ser que?  hace unos días entré en mi cuenta de FB y a pesar de no haber dado datos de donde trabajo y, sin haber añadido a nadie que allí trabaje, me encontré como posibles personas conocidas a varios compañeros y no solo eso, sino que también aparecían varios contactos de personas que conozco de nombre que están vinculados a mi empresa como clientes... ¿que es todo esto? 

A pesar de lo pesadas que resultaban y lo mucho que ocupaban, benditas eran aquellas páginas blancas y amarillas de telefónica, como único medio de localozación y, la gente se encontraba, eso que conste...