jueves, 5 de diciembre de 2024

SENTIMIENTOS TARDIOS, TAREAS y FIN

 

En los últimos años y, no  por su avanzada edad (88 años), Marcos dejaba su casa del pueblo en los meses de invierno,  para irse a la residencia de mayores. Los inviernos en el pueblo a pesar de tener una casa bien acondicionada, pueden llegar a ser muy duros, muy fríos y desolados, y, si tienes esa edad y estas completamente solo, no cabe duda que por mucho que uno resista en permanecer, la realidad es otra. El así lo entendía y, así se lo hacía también ver su sobrina, la cual se encargaba de él habitualmente; médicos, comida guisada para la semana y cualquier otra necesidad y, mucho cariño.

De vez en cuando, hablábamos por teléfono (cuando lo escuchaba sonar) y charlábamos un rato. Estos ratos le venían bien y yo, me quedaba tranquila de que él estaba bien.

Durante el verano se encargó de regarme las plantas del jardín cuando yo no estaba, esto le venía bien para tener una tarea y sentirse útil. Mis plantas y yo agradecidas.

Le llamé para decirle que iba a ir ese fin de semana y que nos haríamos de comer unos huevos fritos con patatas que tanto le gustaban, y a mi! Cuando llegué al pueblo fui calle arriba hasta su puerta pero, por mucho que timbré no salió a abrir, llame por teléfono y nada, llamé a su sobrina y ella me dijo que Marcos se había  caído por la escalera y estaba en la residencia. Había estado tirado en el descansillo inconsciente al menos 1 día. En ese instante me desplacé a la residencia y allí me lo encontré, en una silla de ruedas y con la cabeza de haber sufrido varios traumatismos.

Fue este día, en esta visita cuando a su manera naíf de hablar me dijo, que de haber sido 20 años más joven y yo quisiera, nos habríamos casado y que la gente comentaría lo buena pareja que hacíamos. Confesó que cuando me vio  por primera vez se dijo así mismo, esta mujer sí…

El era mozo y nunca se le pasó por la cabeza la idea del matrimonio hasta que llegué yo, que cosas. Le dije que él podría haber sido el hombre de mi vida ya que su forma de ser, sus principios y muchas de sus cualidades eran compatibles conmigo. Nos despedimos hasta otro día y dijo, seremos amigos o lo que tú quieras que seamos… nos abrazamos, la cuidadora empujó la silla de ruedas hacia el ascensor, di media vuelta pensando en regresar pronto. Regresé unos días después para comprobar que había sido ingresado de urgencia  en el hospital en muy mal estado de salud. Me pongo en contacto con  su sobrina y me dice que Marcos tiene una sepsis urinaria y que los médicos no les dan mucha esperanza. Consigo hablar con él breves instantes y escucho su risa cuando le digo que se recupere pronto para comernos esas patatas y huevos fritos, con su puntilla y todo!  El día 1 de Diciembre paliativos,sedación, unas horas más y, el fin… Sensación extraña, oquedad, silencio.

Hace algo más de año y medio llegué a ese  pueblo que nada tiene que ver conmigo, ningún arraigo ningún amigo. Compro una casa que me enamora y conozco al típico señor mayor con garrota y nace una relación muy especial de respeto y ternura. Lo demás , ya lo he relatado.

Tengo una absurda manía pues, siempre que me veo envuelta en una situación, circunstancia que no tiene mucha lógica,( como lo ha sido llegar a ese pueblo y todo lo que he descrito), intento no ceñirme a la lógica y no más, y, busco otra razón que no por ello deba ser  más razonable. Otro significado al por qué.

En este caso me pregunto y respondo; será que has tenido que llegar a ese pueblo para estar en la vida de Marcos y que éste se enamore por primera vez y sintiese el deseo de casarse, cosa que en sus 88 años de larga vida, nunca supo lo que era.  Habrá sido feliz este tiempo sintiendo amor por una mujer y saber que de alguna manera era correspondido aun siendo imposible.

Llegamos a este mundo con innumerables tareas pendientes las cuales no somos conscientes de estar llevando a cabo. Podemos hacerlas bien, regular o mal pero nos corresponde hacerlas. A caso somos conscientes de las veces en las que hemos  influenciado o interferido en las vidas de muchos para bien o para mal, analizamos nuestro comportamiento y su resultado para con los demás, sabemos que por mucho que queramos no somos dueños de nuestro destino. Será que todos debemos realizar esas tareas predestinadas, bien. Todo sería tan distinto.

La casa que compré en ese pueblo, está a la venta. Puede que una de mis  tantas tareas, ya esté satisfactoriamente, cumplida.