viernes, 21 de diciembre de 2012

La confianza puede dar asco...



En unas horas , supuestamente llegará el anunciado fin del mundo. Por más que mire por mi ventana de siempre, no encuentro especial diferencia de otro de los cientos de atardeceres de esta época del año. El cielo está espectacular, como en muchas otras ocasiones; esponjosamente nublado de gris perla y rosado. Hay una especial calma en el ambiente, como cualquier otro día del coletazo otoñal. De llegar el momento, fuese de cualquier forma, intentaría ser fuerte y no darle la espalda para no perderme las últimas  imágenes de la vida, ya que estas nunca dejarían de ser bellas y agradecería también poder vivir ese preciso instante.  A que tenemos miedo; a que acabe el mundo de un soplido para todos. Acaso no es mejor así que irnos degenerando mutua y lentamente. Acaso, sabiendo que podría darse el caso, hemos tenido consideración alguna y hemos intentado ser mejores hasta llegado el momento del acontecimiento. Para que guerrear si por lo que vamos a luchar va a desaparecer, si el dominio no es preciso porque nada  existirá para dejarse dominar. Posiblemente  llegue el día del fin del mundo pero, para ese instante, ya nos habremos encargado de eliminarnos de la faz de la tierra, nosotros mismos. Acabo de mirar de nuevo por la ventana y todo sigue en ¨orden¨...  Bueno, entonces comienzo:

Se dice que, la confianza da asco y, como algo tan importante y valioso como la confianza, puede llegar a dar asco. Como puede deteriorarse uno de los mejores valores que puede llegar a tener el ser humano, como es  lograr llegar a este punto, a ese lugar tan grandioso como es la confianza. Es curioso como es igualmente traicionera la desconfianza que la confianza ya que a la larga, acaban ambas llevándonos al mismo sitio.  Vuelvo a mirar por la ventana y ha  oscurecido del todo, es normal... No hay nada mejor para descubrir el auténtico fondo de las personas que, ofrecerles confianza. Realmente, se podría considerar como una trampa ya que la mayoría de nosotros cae en ella y, acabamos traicionando a la misma. No hay nada como que te den confianza para abusar de ella , para que despierten en nosotros los instintos de engaño, de deslealtad,  la falta de respeto y,  acabe con todo lo elaborado, transformándolo en un enemigo propio. La confianza puede llegar a corromper al incorruptible... contamina si no se es verdadero, si no se tienen principios, si se carece de valores. Soy persona confiada por naturaleza y ello ha ocasionado momentos de evaluación , esos que desearía no haber tenido que realizar acerca de otros y es precisamente esto, lo que genera en mi la no necesidad de ser persona de confianza plena para alguien ya que, no quiero ponerme a prueba y tener que evaluarme, a mi misma...

Todo sigue igual, de momento ...









sábado, 8 de diciembre de 2012

El Gran Rusty

Todo empezó el 28 de Enero de 2002 en la calle Galileo 94 de Madrid.

Desde pequeña, siempre he sido amante de los animales, en especial , de los perros.
He tenido al menos 30 a lo largo de mi vida, todos ellos recogidos de la calle o de
albergues pero, el Rusty, es el único que he comprado. Use la excusa de que quería
regalárselo a mi hijo para su octavo cumpleaños  para de esa forma traer a casa al
perro que tantas veces había deseado tener, un beagle.  Busqué en criaderos, en internet
y todos lo que veía me parecían cortados por el mismo patrón, de igual talante, de igual medida,
todos menos uno. Llegamos a la pajarería de la calle Galileo como última opción, nos habían dicho que tenían dos machos y que eran muy especiales. Estaban en la urna metidos, medio envueltos en recortes
de papel adormilados,al aproximarme a ellos, uno empezó a ladrar y ponerse de pie moviendo la cola , era
más grande de lo habitual y algo regordete y, me dije, Sila este es! y, en ese instante, ya formó parte de la familia. Era, un beagle tricolor de Harrier precioso, podría perfectamente haber sido un perro de exposición pero, no se trataba de eso, sino de tenerle entre nosotros como uno más de la familia, aportando ese amor incondicional que ellos, los perros solo saben dar. Agradezco a Rusty todos los buenos momentos que nos ha hecho pasar y toda la sensibilidad que nos ha ayudado a adquirir, el amigo devoto que ha sido para la familia, el eterno sonriente, si, sonriente, el eterno agradecido, el eterno ser que siempre estaba ahi, el gordito querido en el que se convirtió en los últimos tiempos. Esta mañana, ha tenido su oportunidad de seguir con nosotros pero, hace un rato, su gran corazón, no ha aguantado más y se ha ido dejando un gran vació en nuestras vidas.

Esto es así, puede que quien no haya tenido un perro no entienda lo que podemos estar sintiendo en este momento en mi casa, pero en este instante es a él a quien hemos perdido y a quien lloramos.

Adios querido amigo

http://www.youtube.com/watch?v=uWT2qHVftGk