viernes, 12 de febrero de 2010

Ponerse las pilas



Hay temporadas que nada me frena, creo y siento que puedo con todo, llevo un ritmo extremadamente acelerado e irradio felicidad y positivismo. Camino con ligereza y, ligera me encuentro. Todo me sale bien, o al menos, a casi todo le encuentro solución y lógica. Me pongo cualquier pingo y me sienta bien, llevo el pelo medio limpio y aun así, estoy guapa. De repente, llega un segundo en concreto, en el que he llegado a la cumbre, en el que las pilas parecen estar al 100% pero, en realidad significa que se han agotado. En ese preciso instante, dejo de verme guapa con el pelo medio limpio, y cualquier pingo no me sienta bien. Las cosas dejan de salirme bien, y dejo de irradiar felicidad y no encuentro solución y mucho menos, lógica a las cosas. Empiezo a compadecerme de mi misma, me critico, me odio, me siento sola, me siento envejecer, me puedo hasta tirar de los pelos y, una vez llegado allí abajo, después de haber tenido la necesidad de llorar, haberme dejado llevar por la misma y no haber podido soltar ni una lágrima, sentirme lo más mísera posible, llega el momento de ponerle punto final a este estado y, nuevamente, en un segundo inesperado , toda esta contradicción, me hace generar ganas de resurgir , de luchar nuevamente por conseguir el estado en el que estaba anteriormente y, al igual que llega uno, se marcha el otro.

Afortunadamente, el periodo en el que me encuentro en el fondo me sirve para recargar la pilas al máximo.. es imposible estar arriba y en plena forma, siempre.
Creo que todos necesitamos sentirnos desgraciados a veces, nos sirve de auto-terapia y al menos a mi, me sirve para apreciar que en realidad, no lo soy, tanto..


http://www.youtube.com/watch?v=UMjeV3j7Dzs (Una fuente de alimentación)