martes, 16 de agosto de 2011

Rizos de oro

Rara es la vez, cuando rara vez salgo por la noche a tomar una copa, que no me encuentre con alguien conocido o, mas concretamente, algún compañero del trabajo. Casi por número, toca, ya que son casi 600 empleados, casi todos jóvenes y expatriados que se mueven por todos los rincones y garitos de moda de Madrid. Recuerdo una ocasión en la que llegué en taxi a ¨lolita¨y la persona que cogió el taxi que yo dejaba, era Vanita, una compañera... flipante!

Lo mismo suele suceder en las vacaciones. Puedo decir que en alguna ocasión no ha sido así, pero que son más las veces que me he encontrado con alguien que al menos conozco de vista.

Ayer caminaba con mi hijo por el corazón de Cádiz, cuando nos hemos topado con un chaval que conocemos de Madrid, él es empleado de una de las tiendas Game que se dedican a la venta e intercambio de videojuegos. Mi hijo y él se han reconocido en el acto pero a mi, aunque nos hemos visto y charlado mil veces, le ha costado reconocerme, debido a mi maldito pelo rizado alocado que el ambiente del mar transforma. Me ha dicho, oye, es que no te he reconocido con ese pelo tan... y sin saber que decir, añade; ¡¡¡ asalvajado!!! justo dijo lo que monos deseaba escuchar, una critica a cerca de mi melena.

He estado una semana en la playa y cada minuto que ha ido pasando, me he ido sintiendo más ¨rara¨ ya que no me identifico con el pelo alocado rizado encrespado, con el flequillo a lo ola surfera. Puede resultar absurdo lo que digo pero, afecta a todo mi estado anímico de tal manera que, no disfruto del ambiente, todo lo veo RIZADO. Curiosamente, cuando llegué solo se me onduló ligeramente y estaba hasta bonito, pero como siempre suele suceder, cada minuto se fue apoderando de ello y según han ido pasando los días, el rizo se hacía más y más descontrolable y rizado hasta desde la raíz. Según el ambiente se apodera , sí, apodera, de mi pelo, es como si fuese absorbiendo poco a poco también mi energía y noto como me debilito en general. Me salen ojeras grises y me demacro que de qué manera. Me comparo con los hierros de las barandillas del puerto, que poco a poco se corroen con el salitre del mar. Estos días, como hemos estado en el centro de Cádiz, nos venía muy bien ir a la playa de la Caleta, es la playa del barrio, más bien, forma parte del barrio. Allí, las gentes se juntan a pasar el día, muchísimos lo pasan allí al completo y muchos se quedan hasta la noche. Es como un anexo de sus casas y se les ve disfrutando y felices de verdad. Juegan a las cartas, comen, beben, charlan, se enamoran, riñen... Todos tienen el mimos tono de bronceado, parece como si todos empezasen a bajar a la playa el mismo día y hora y, posiblemente, así sea. Debido a mi rollo con el pelo, he puesto mayor atención en el pelo de las gentes de la zona, casi nadie se tiñe, al menos no de rubio y curiosisimamente, después del análisis exhaustivo que he hecho, rara es la persona que tenga el pelo rizado. Puede que una o dos tenga una melena ligeramente ondulada y un par de señoras rizado por una permanente pero, nadie tiene el pelo como el mío..... :- (( ni aun estando a pié de playa. He pensado que este ¨fenómeno¨ se debe a que todos son de la misma zona, Gaditanos puros y por naturaleza de cabello liso. Si he visto algún que otro ricillo por las calles pero , no era un rizo de la zona, sino visiblemente extranjero. No se me ocurrió hacer esta observación en otros lugares de distinto litoral pero, os aseguro que no lo haré, al menos, en muuuuucho tiempo.

Acabo de llegar a casa y, estoy resucitando jooo, se que soy meseteña de los pies a la cabeza!! nunca mejor dicho jejejeje