domingo, 24 de abril de 2011

Fiebre del sábado noche

La primera vez que vi la película ¨ Fiebre del Sábado Noche¨ fue en uno de esos cines de estreno de la Gran Vía Madrileña y, tan solo era una niña. Recuerdo perfectamente lo incomoda que me sentí durante algunas secuencias y palabras malsonantes que para mi, resultaban de lo más fuertes. He visto esta película bastantes veces desde aquel estreno y, obviamente, dejé de sentirme incomoda hace muchos años y, entendí enseguida que, en realidad, se trata de una película de culto.

Aquella primera vez cuando era niña, solo veía y oía. Solo veía a Tony Manero bailando como nadie. Veía un hombre increíblemente guapo, sensual, duro por fuera y tierno por dentro, ojos de mirada dulce y, mucho más... oía la música de la banda sonora y me hacia volar, posiblemente porque ellos, los Bee Gees eran de mi tierra y me sentía orgullosa, no lo sé... pero eso era básicamente lo que entonces percibí.

En realidad, se trata de una película mucho más profunda e intensa de lo que pueda parecer. Es una atemporal mirada a la juventud de cualquier ciudad. Escapar aprovechando la nocturnidad y alevosía de un futuro sin salida. Escapar con la música y el sexo. Confusión, miedo a saberse de antemano un perdedor.

Hace unos días, la estuve viendo acompañada de mi hijo y, el me dijo justo eso, que a él le parecía, menos la vestimenta, como si fuese una película de actualidad. Algo que le chocó y le hizo mucha gracia fue cuando Tony y Stephanie están en una hamburguesería y ella no hace más que tirarse el rollo de cuanta gente interesante conoce, mientras Tony engulle la amburguesa y se le sale toda por los lados. Aquí, en unas secuencias, ella le repite entusiasmada que conoce y es amiga de infinidad de gente interesante, famosos etc. Es alucinante como se hace sentir superior a Tony solo por este hecho y, como él se siente humillado e inferior. Aquí es donde quería llegar...

Tomé café varias veces con Kylie Ann Minogue mientras ambas hacíamos labores altruistas con los aborígenes en Australia. Conozco a escritores, escultores, pintores, músicos, cantantes, todos ellos bastante famosos. Conozco altos directivos de grandes empresas y, un familiar muy allegado es uno de los catedráticos historiadores más importantes de España. Conozco fontaneros, electricistas, mecánicos, albañiles, panaderos, taxistas, bomberos,pescaderos, carniceros y mucha mucha más gente, todos ellos personas que quiero,o, aprecio. La táctica que Stepanie emplea con Tony, me resulta de lo más familiar. A veces, alguien lo ha hecho conmigo y lo he visto hacer a otras. Parece ser que, el mero hecho de tener conocidos ¨importantes¨ nos hace sentir importantes. Si ellos tienen tanto y cuanto, el hablar de ello con entusiasmo, nos hace formar parte de eso que no nos pertenece, pero que mientras sale de nuestros labios y somos escuchados, lo vamos viviendo. Es como engordar nuestro currículum con el de otros. Lo que ocurre es que, a la hora de la verdad, no le podemos presentar como nuestro. Toda persona que llega o pasa por nuestra vida, algo va dejando en nuestro almacen interno, ya sea fontanero o electricista,cantante, músico o escritor.

lunes, 18 de abril de 2011

Imagine

Algunos dicen que, el arte , roza la perfección. Y sí, así puede que sea, ya que, procede y nace de la imaginación. En la imaginación todo y nada, resulta perfecto, justo antes de llevarlo a la realidad. Una vez forma parte de lo ¨físico¨, en ese preciso instante, ya es cuestionable , ya que, adquiere todas las imperfecciones que todo aquello físico, posee. Aquello que se descubre con la contemplación, con el entusiasmo, con la ira, con la envidia y hasta con el amor.

Nada de la creación es perfecto. No lo es la tierra con sus accidentes geograficos; ríos , lagos, montañas, mar. Con su flora y fauna y, mucho menos, con nosotros. Todo forma parte de ese gran accidente, ese imperfecto continuo.

La perfección solo existe en lo imaginario.

El arte es la perfección de la naturaleza. La naturaleza hizo un mundo y el arte otro.
Thomas Brown

martes, 12 de abril de 2011

Chorradillas: el saber

Desde hace algún tiempo, bastante, dejé de saber. Dejé de querer saber. Dejé que otros siempre supieran más que yo y, entonces fue cuando empecé a saber.

Hay distintas formas de aprender. Como pueden ser, bajo la ley de la competitividad, o bajo la ley de la comprensión.

La ley de la competitividad, es agresiva. Bajo esta ley, se aprende a base de intentar superar lo insuperable. Se aprende a base de frases como; tienes que llegar lo más lejos posible ya tengas que pisar tu propio hígado, así tengas que ceder lo humano que hay en ti, así dejes de tener alma. No se puede aprender nada bueno bajo esta influencia. Lo que se aprende es a ser frió y calculador, a querer siempre más ya que nada nos sacia. A interesarnos solo en saber a cuantos hemos dejado atrás, sin pensar, cuantos nos han dejado atrás a nosotros. La cadena, no acaba nunca.

La ley de la comprensión es; enseñar , dejando aprender sin competitividad. Dejarles que sepan más que tú, que ellos te enseñen mientras aprenden a aprender. Deja que todos sepan más que tú y tú llegarás a ser sabio.

martes, 5 de abril de 2011

Expectativas.... varias

Puede ser que, tener expectativas, nos sirva como motivación. Pero a la vez, tener demasiadas y con demasiado peso, contribuyen al fracaso personal. Ya que, llevarlas todas a cabo a la vez, es imposible y, ello, nos crea frustración que, a la vez, nos dirige a la desmotivación absoluta y, la perdida de la auto estima. En este estado, somos vulnerables y facilmente manipulados. Hoy día, todas nuestras expectativas son diseñadas y creadas para nosotros. Nos las venden a bajo coste ,o , hasta incluso nos incentivan para que hagamos uso de ellas. Están maquinadas para cada circulo existente. Para intentar enganchar a cada uno de nosotros con el atractivo adecuado a cada una de nuestras aspiraciones. Nos llegan por todos los medios de comunicación existentes, no nos salvamos. En mostrador, nos exponen esa serie de expectativas que ni sabíamos teníamos necesidad de ellas, pero se ven tan al alcance que, sin querer, las tomamos como nuestras, nacidas de nuestro propio deseo y necesidad. Mientras desarrollamos estas expectativas-que ya han sido desarrolladas para nosotros- que consideramos nuestras propias, se está generando un entusiasmo extremo, nos sube la auto estima debido a que vislumbramos esas expectativas cumplidas, las disfrutamos antes de alcanzarlas y mientras estamos en ello, nos olvidamos de lo verdadero, de lo que en realidad está sucediendo a nuestro alrededor. Eso que se nos oculta, cegándonos con lo que se nos ofrece y, que nos deslumbra, desviándonos de la verdad. De lo que realmente importa. Llegado el momento en el cual nos damos cuenta del engaño. Llegado el momento de ver como todas esas expectativas forjadas nunca fueron reales, nunca existieron, entonces caemos al vació. Nos adentramos en ese agujero oscuro donde nos guiaron en un principio. Esta era la expectativa de aquellos. De una forma o de otra, ya sea creándonos esa euforia vistas a la expectativa, como cuando esta no es fructífera y caemos en el vació, ambas forman parte de la misma estrategia. La de mantenernos ciegos ante nuestra verdadera expectativa. La de la claridad única y absoluta.

viernes, 1 de abril de 2011

Pensador

Tengo ante mi, una estatuilla de un pensador. No es el pensador de Rodin, sino una talla de madera, africana. Está sentado, apoyando el codo en la rodilla y sujetándose con la mano, la cabeza. Este gesto, es universal. Típico de un pensador, sea cual sea su creencia o nacionalidad. Esta pose, también representa la amargura, el dolor, la pena, el odio, la ira, el amor, la infidelidad, el hambre, la agonía, la felicidad.... ya que estos y todos los restantes sentimientos, parten de un mismo lugar, el pensamiento. A veces "pienso" que, ya está todo pensado, que los pensamientos son otro ¨Guadiana¨ que van y vienen a través de los siglos, pero que siempre son los mismos, algo disfrazados. El mundo- la tierra- no cambia de parecer, tiene personalidad y principios, sigue su cauce sin cesar. Somos nosotros los que provocamos salirse de ese cauce, con nuestra mala costumbre de pensar. Si nuestros pensamientos fluyesen de forma natural, todos pensaríamos de la misma manera, o, llegado a ese estatus quo, no haría falta ni pensar. Todo tendría un mismo sentido a pesar de que cada uno lo percibiese de distinta manera. La meta, sería la misma para todos.