lunes, 13 de junio de 2011

Transformers

Cuando se finge amor, se corre el riesgo de llegar a sentirlo, quien parodia sin las debidas precauciones, acaba siendo víctima de su propia astucia y, aunque las tome, acaba siendo víctima igualmente. Ya lo dijo Pascal “es casi imposible fingir que se ama sin transformarse en amante” .

Cuando pienso en esta frase, no solo veo al pobre amante que la vida le propina con su propia medicina. Veo a cualquiera de nosotros adherido a adicciones o costumbres que
adquirimos voluntariamente involuntarios... Empezamos a lo tonto, sin querer, imponiendo nuestra fuerza de voluntad hasta que esta, la voluntad, se torna en nuestra contra y nos atrapa haciendo de nosotros su esclavo en infinitos campos. El alcohólico no siempre lo ha sido, llega a serlo sin darse cuenta , trago a trago… Al igual que el adicto a la heroína o la cocaína, raya a raya.. El adicto al trabajo, consigue serlo minuto a minuto. Todo aquello que emprendemos, conlleva el riesgo de convertirnos en víctimas de nuestra propia astucia.