lunes, 8 de febrero de 2010

Despertar...


Cada día, al despertar, siento sobre mi, el peso del nuevo día, es como el grueso edredón de plumas que cubre mi cama, pero que este me aprisiona de responsabilidad. Pienso, no solo soy responsable de mi persona, que ya es bastante, sino que lo soy de unos cuantos más, directa e indirectamente. Pienso nuevamente, si yo no me levanto, si me quedo en la cama, si me niego a sostener esa responsabilidad, si ni tan siquiera quiero seguir siendo responsable de mi misma, que sucedería? Entonces, al saber perfectamente lo que sucedería, me levanto de un salto y me dejo de tonterías y me digo a mi misma; chica, no tienes derecho a ser irresponsable, no tienes ni tan siquiera derecho a enfermar… en realidad, es lo que me hace tirar.

Veo a través de la ventana de siempre, como el platanero está en estado esquelético, sigue con sus 12 bolitas colgando, llega una urraca y se posa… algo la espanta y, nuevamente me pregunto si para ella, es tan difícil volar.