Mi abuelo materno, Alejandro De la Hoz cabezuela, nacido
en Cenicientos, en el año del señor de 1900. De pequeña le escuché
decir en varias ocasiones, de que iba con el siglo. Por entonces no
tenía ni idea qué era un siglo y mucho menos a que se refería.
Los abuelos, aunque no siempre, suelen ser un referente importante para los nietos. Para mí, lo fue, y mucho.
Teniendo en cuenta la época y adentrándonos un poco en la memoria histórica, podemos imaginar los escenarios vividos por él.
Alejandro,
mi abuelo, como muchas personas de entonces, era analfabeto, no
obstante, aprendió a leer uniendo vocales y consonantes hasta poco a
poco, formar palabras. Le gustaba leer a Marcial Lafuente Estefanía y,
no sólo una novela se leyó, sino decenas.
Alejandro,
mi abuelo, dejó Cenicientos y se dirigió a la capital en busca de
mejores condiciones de vida, y fue en Carabanchel donde con sus manos
elaboró cada uno de los ladrillos para construir su propia casa.
Podría seguir durante horas escribiendo anécdotas vividas con él, pero eso será en otra ocasión.
Hace
unos días, caí en la cuenta de que, Alejandro, mi abuelo, y la casa
bautizada con el nombre de "ULURU HOME", son coetáneos.
Aunque Julio Iglesias no es santo de mi devoción...
Al final
Las obras quedan, las gentes se van
Otros que vienen las continuarán
La vida sigue igual