Desde mi ventana llueve…. llueve desde mi ventana.. desde mi ventana veo las doradas hojas del platanero llorar, lágrimas como diminutos diamantes que se resisten a deslizar . Desde mi ventana veo los charcos vivos, oxigenados al ser golpeados por las gotas de lluvia.... los gorriatos ya adultos con su plumaje al completo, esponjosos y ansiosos, se limpian y festejan… se picotean , aletean… perciben, saben que forman parte…
Quiero ser una de esas gotas, una sólo y nada más … una gota de vida que obteniendo ésta una forma u otra, eterna permanecerá. Por las nubes, de un lugar a otro me dejo llevar, no busco destino solo un lugar….. me sirve la mar... la mar me sirve para disfrutar de ese viaje, viaje a las profundidades más profundas…. me dejo arrastrar por las corrientes marinas que alocadas me llevan a la deriva… esa deriva que me lleva al lugar, a ese lugar, a cualquier lugar… no importa el tiempo ni el momento pues, gota de agua soy y siempre seré y a lo largo del tiempo , una y otra vez, me reciclaré.
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Creo que ha acertado en el enfoque; me ha hecho pensar en que en realidad, es lo que somos, gotas de agua que van y vienen transformándose. Nos deslizamos por muros impuestos y propios; avanzamos en la dirección que menos oposición ofrezca y terminamos en la vaguada inevitable de nuestra deriva
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