lunes, 25 de enero de 2010

Ultimatum a la Tierra

El otro día, alquilé la película “Ultimátum a la Tierra” la nueva versión y, bueno…

La verdad es que me fue muy útil para explicarle a mi hijo qué, el mensaje que predica ésta película es erróneo y confuso: En este caso, los alienígenas salvan la raza humana pues observan que los humanos se arrepienten, retroceden y recapacitan en cuanto a la destrucción que está generando al planeta y, por este motivo nos perdonan la existencia...

MENSAJE ERRÓNEAMENTE TRANSMITIDO: El ser humano retrocede y cambia una vez se encuentra al bode del abismo.

Yo le dije qué , esto es mentira normalmente- y que obviamente se trata de una película la cual, no siempre es educativa.

El ser humano es auto-destructivo y destructor por naturaleza y, sólo pensamos como individuo. Por naturaleza llevamos las situaciones al borde del abismo en infinidad de ocasiones a lo largo de la vida. Estas situaciones que alteramos una y otra vez, son en gran número, nocivas para nosotros pero, aun así una vez ejecutado el acto, volvemos a hacerlo una y otra vez . El ser humano llega al borde del abismo tantas veces como se le permita… obtiene el “perdón” y, otra vez a las andadas…, no es cierto que una vez al borde del precipicio se cambia, simplemente se recapacita momentáneamente , durante un breve periplo.

Como observación, le dije qué, nunca debía llevar ninguna situación al borde del abismo y, esperar que justo un milímetro antes de caer, alguien o algo le agarre de los pelos para salvarle y, que llegado a ese extremo, sólo él y su necesidad de supervivencia, podría hacerlo y, no siempre conseguría ser su propio salvador. Le dije, que jamás debería arrastrar a nadie consigo a ese abismo pues, por regla general, quien te sigue, es porque te quiere y confía en ti y, precisamente por esto, hay que respetar y no arrastrar. Le dije que no es solución llegar al abismo mil veces y mil veces pedir perdón para otras mil volver a hacerlo. Le dije que al borde del abismo puede haber muerte. Le dije que normalmente al borde del abismo no siempre hay marcha atrás. Aunque le dije tantas cosas , reconozco que cómo ser humano que es, posiblemente llegue a acercarse a ese abismo pero, espero que tenga la capacidad de quedarse al menos a un par de metros del borde y que nadie le tenga que perdonar llegado al extremo, nunca.

3 comentarios:

  1. Si me empujas y luego me pides perdón... para que me has empujado? Hemos pasado de usar la disculpa para paliar los actos involuntarios, a usarla como el perdón ante nuestros actos premeditados.

    El mal de esta sociedad es que todos llegamos hasta donde nos dejan, no hasta donde debemos.

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  2. Exacto! La palabra perdón, hoy en día, tiene otro significado... es el resultado,después de una destrucción.

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  3. Lamentablemente, cuando se traspasan conceptos con la sana intención de evitar contratiempos al aconsejado, no puede transmitirse la sensación que produce el haber cometido el error. Puede uno decirle mil veces a un enano: ¡No, que te quemas!, que no aprenderá hasta que pose la mano en la hornalla.
    Es verdad lo que dice; somos en general una panda de individualistas, incapaces de sopesar nuestro beneficio del perjuicio a otros. Hay quien aprende a fuerza de experiencia y sentido común, y quien nunca lo hará. En las cuestiones fundamentales, como el medio ambiente por ejemplo, no debe haber lugar al libre albedrío, y sí un rigor del tipo religioso (que si lo hay para chorradas, yo lo pido también para lo importante)
    No importa qué tan maleducado sea el hijo del vecino, nuestra tarea es que el nuestro, compense a aquel en la balanza.

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