Todos sabemos que el mundo, se rige por tendencias. Hoy más que ayer y, posiblemente, menos que mañana. Esto se ha convertido en un espiral en busca de... de algo que nosotros no estamos buscando, sino en busca de aquello que otros buscan para nosotros. ¿Cuanta oferta hay actualmente dando la vuelta al mundo ? (me refiero a esos países que mas o menos pueden) ese mundo que, precisamente por ser lo, peligra. La dieta Dukan, los mil productos para la celulitis, para rejuvenecer, para tener más potencia sexual. Para mil tonterías que de nada nos sirven pero que con el simple acto de adquirir una vez, sin ni tan siquiera llegar a consumir en la mayoria de casos, hace multi millonario a aquel que lo lanza. Va a resultar que, el tercer mundo ( este existe y tiene dicho nombre que odio, porque existimos los demás) va a ser en breve el ¨paraíso¨ ya que a ellos, no les llega este virus (ya que apenas existen) que nos está exterminando de dentro a afuera. No tienen deuda ya que nada tienen.
Normalmente, seguimos tendencias y vamos cambiándolas a lo largo de nuestra vida, según nuestras necesidades, impulsos o, nuevas convicciones. Cualquier cosa es válida, en un momento dado. Esto es así, nadie es dueño de su ideología. Siempre ha sido implantada por otros y a aquellos otros, también se lo implantaron. El ser humano, se propulsa/impulsa colectivamente. Este acto, es el que nos hace ser vulgares y perdemos la singularidad. Una vez perdida esta, corremos ese grave peligro de convertirnos o, formar parte de la ¨masa¨, lo cual, es perfecto para cualquier dirigente. Todo aquel que predica la mentira, tendrá feligreses , ya que siempre existirá ese alma que se alimenta de la mentira en búsqueda de esa realidad, irreal. Esa que es distinta según cada cual pero, mentira a fin de cuentas.
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