jueves, 16 de octubre de 2025

Al otro lado del Arcoiris

Desde muy temprana edad, he acompañado a varios seres queridos en los últimos segundos de sus vidas; abuelo, abuela, padre, madre, suegro. Les he atendido, curado escaras, lavado, mimado, respetado su pudor, y, ante todo, con el buen trato y gestos de amor, hacerles sentir únicos y especiales en esos momentos, pero sin que esto les haga pensar demasiado que es lo que está pasando. He de reconocer lo duro que es este proceso, y a la vez, siento que soy afortunada por estar ahí es su último respiro, acompañándolos a cruzar ese puente imaginario hacia un lugar totalmente desconocido.

Durante un periodo de voluntariado en un hospital de paliativos, haciendo acompañamiento espiritual estuve presente en numerosos momentos en ese tránsito inevitable de la vida a la muerte, intentando confortar en lo posible a los que estaban a punto partir al igual que a los dolientes desconsolados que no saben a veces que ha pasado en ese instante tan efímero del aquí y ahora y el aquí y nunca más. 

Es admirable el trabajo vocacional de aquellos que se dedican profesionalmente a esta labor en paliativos, dándole la oportunidad a cada persona a una muerte digna y menos dolorosa.

A veces se da el caso en que no hay oportunidad de llegar a un hospital de estas características o no se quiere trasladar al enfermo y se prefiere recurrir a los cuidados domiciliarios. En esta situación, el medico nos receta medicación para suministrar al paciente con el fin de mantenerles tranquilos y sin dolor. A veces dependiendo del estado del enfermo, vienen al domicilio los sanitarios especializados y se encargan de las tareas que los familiares no pueden llevar a cabo como pueden ser curar escaras, cambiar sondas etc., con el fin de hacer un correcto seguimiento.

En estos momentos, tengo en casa a un paciente cuadrúpedo ( mi querida Penny, Beagle de 14 años de edad) que requiere atención paliativa. Seguro que muchos vais a decir que esta situación no tiene nada que ver con todo lo que he expuesto anteriormente, pero sí la tiene. A ella, no quiero llevarla al veterinario a qué "la duerman", no quiero provocarle daño al querer cogerla en brazos para transportarla al coche que tanto le aterra. No quiero que sienta ese hedor que caracteriza el lugar donde a veces lo ha pasado mal. No quiero que le vuelvan a hacer daño al cogerla para subirla a la fría mesa del quirófano y que escuche a su alrededor las voces de personas desconocidas. 

A lo largo de mi vida he tenido muchos perros, pero muchos y, a la gran mayoría los he llevado " a dormir" en un momento dado, pero, qué momento es ese. Puede que hace meses ya me habrían aconsejado la eutanasia para ella para evitarle sufrimiento innecesario. Ella no me puede decir cómo se encuentra, pero yo la veo y sé que no está bien, pero es lógico ya que tiene mucha edad y achaques. Hasta hace una semana iba tirando, comía muy bien, dormía, caminaba a su ritmo y hasta me robó un paquete de carne que dejé en la encimera. ¡¡Tragona y choriza como buen Beagle!!.

Lleva dos días que ya no se mueve de su cama y ya hoy no ha querido comer ni beber. La estamos cuidando como la corresponde, un paciente en cuidados paliativos. Mi nuera y yo la cambiamos de postura para en lo posible evitar que se escape, la lavamos y se le cambian los empapadores a demanda. No se queda sola por la noche y se la habla y acaricia de seguido para que note nuestra presencia. Yo le canto suavemente y cierra los ojillos. Soy la persona que ofreció cuidar de ella hasta su fin, no soy su dueña, y es lo que estoy haciendo ahora, acompañarla hasta esa pasarela a no se sabe dónde. Allí en ese lugar especial para seres especiales, la están esperando su abuelo El Gran Rusty, sus hermanos, Lazo,Nicky, Kiss,Lola,pancho, fifi, blondie,Tula, goliath y otros amigos y familiares gatunos.

Como casi siempre que escribo un post, hay lugar para una de mis reflexiones y ,o, preguntas, en este caso es un mix;  no sé si la ley de bienestar animal contempla que nuestros amados amigos perrunos, tengan la oportunidad de que el veterinario pueda recetar un tratamiento paliativo para que desde su hogar pueda terminar sus días junto a su familia y no se considere una atrocidad. Considero que está demasiado generalizado, que tenemos la autoridad concedida de "dormir" a nuestros amigos cuando nosotros y el veterinario así lo considere. Obviamente, siempre hay situaciones límite donde administrar la eutanasia es un acto de humanidad.

Y ya hablando de bienestar animal, qué pasa con los galgos, ellos no sienten ni padecen, no tienen los mismos  derechos que otros porque hay dinero de por medio, galgueros, cazadores y por eso no merecen respeto?   Todo por la pasta!!

Me estoy desviando del tema inicial y transversalmente llegando a un tema que destroza mi alma. El maltrato a los galgos y podencos por la maldita caza. 










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domingo, 2 de marzo de 2025

Lapiz vs Sharpie

 

                                          Lápiz vs Sharpie

Desde niña siempre me gustó la escritura, me gustaban los largos dictados, escribía e  imaginaba y era doblemente agradable. Otra cosa era a la hora de corregir, mi caligrafía era impecable pero siempre dudaba de si la ortografía también lo iba ser. No tuve oportunidad de cursar toda la EGB en España ya que con 6 años mis padres y mi familia nos marchamos de nuevo a Australia durante 5 años. Ya habían estado anteriormente justo eso, hacía 6 años ya que yo había nacido en Australia y regresábamos otra vez. De repente dejé de escuchar hablar Español excepto en mi casa y, sin saber en qué  momento hablaba ya inglés. De los 6 a los 12 cursé en Australia y yo sola me las apañé para seguir aprendiendo gramática. Utilizaba un librillo de gramática y  las revistas ¨Semana¨ que llegaban con meses de demora y que  una vez mi madre y hermana  las habían ojeado me las pasaban a mí para leer, ellas me dictaban y después corregíamos. Copiaba casi todos los relatos y así me parecía aprender mejor, leyendo y escribiendo a la vez. A la inversa, al llegar a España nadie de mi entorno  hablaba inglés y mis hermanos y yo dejamos de hacerlo de ipso facto, lo cual me vi de nuevo buscando métodos propios para no olvidar  lo bien que había aprendido a hablar y escribir en  inglés. En España en 1975 que es cuando regresamos de Australia, poca gente hablaba inglés pero sí pude comprar algunos libros y uno de ellos de gramática inglesa avanzada. Con esto y escuchando música Rock que por entonces era todo en inglés y , cantándolo seguí manteniendo el nivel e incluso mejoré ya que pasé de hablar inglés de infante a ir enriqueciendo mi vocabulario. Afortunadamente, el dominio de esta lengua me proporcionó grandes oportunidades de trabajo que a la vez, debido a haber estado siempre en multinacionales y siendo el inglés el idioma oficial en estas, seguí evolucionando.

Me gustaba escribir con lápiz por el sonido del desliz por el papel y el magnífico olor de la madera y el grafito pero, apretaba tanto que me quedaba sin punta por desgaste o por rotura de la mina por la presión ejercida, lo que me hizo optar por el BIC naranja.                                

 


Considero que cuando nos prestamos a escribir  la novela de nuestras vidas lo hacemos con lápiz,  ponemos tanta presión como lo hacía yo de pequeña que, nos quedamos sin punta por desgaste o  rotura. Nos empeñamos en que nuestra caligrafía sea gruesa y presionamos para que así sea. De esta forma dañamos el papel de nuestra vida e influye en el papel de los demás. Apretamos tanto que nos duele, apretamos tanto que nos confunde, apretamos tanto que nos debilita, apretamos tanto para hacerlo más que el prójimo, apretamos ya sin saber por qué… y  nos vamos quedando sin lápiz con que seguir escribiendo aquello que realmente es vital y, llegados a este punto, no hay marcha atrás.

De niña apretaba mucho el lápiz al escribir y mi dedo corazón llegó a estar deformado, tanto que aún se percibe ligeramente la diferencia con el otro dedo gemelo, me dolía el brazo y sufrí de bruxismo.  Era una niña y obviamente no tenía la capacidad de entender que efectos negativos  me estaba provocando esta ¨manía¨ adquirida. Fue en el colegio en Australia donde el psicólogo me ayudó a eliminar este mal.

 

El 20 de Enero, alguien sumamente influyente en este planeta ha decidido escribir la novela de la vida de todos nosotros y lo hace con un rotulador Sharpie apretándolo al máximo con la peligrosidad que ello conlleva pues, tiene un ejército inagotable de material de escritorio... 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

jueves, 16 de enero de 2025

Bea

Cada vez que he tenido un perro le he querido profundamente. Habrá quien diga que como se puede querer profundamente a un animal pero, en su escala, así es como denomino el sentimiento que les he procesado. Recuerdo a dos de ellos que consideré como los que mas he querido de todos y mido el cariño que les llegué a tener y lo importantes que eran para mi. Cuando uno sucedió al otro, a éste no le quería, me negaba a aceptarle ya que Niky, el anterior, había sido el perro de mis sueños en todos los aspectos. Poco a poco Rusty me fue cautivando ya que parecía ser que percibía mi rechazo y hacía lo posible por conquistarme y, así fue. Nuevamente, Rusty se convirtió en el perro que más he querido. En esta ocasión Penny -así se llama la perrilla que he adoptado hace unas semanas- no ha tenido que soportar mi rechazo, o , mas bien yo no me he forzado en rechazarla por el hecho de que ¨susutituyese¨ a Rusty ya que después de la experiencia con los anteriores perros, aprendí que ninguno había sustituido al otro, simplemente les tocaba estar, ya fuese conmigo o con otra persona que les acogiese. Estoy convencida de que ella llegará a ser nuevamente el perro que mas quiera. Esta ¨ley¨ se aplica a la perfección hacia las personas. Cuantas veces nos hemos enamorado y hemos considerado que era la persona que más hemos querido en el mundo, el amor de  nuestra vida... y haber sentido y pensado esto mismo una y  otra vez. Se ama hasta el infinito a aquello que se ama en ese instante y mientras dura. Después queda el recuerdo de ese sentimiento que por mucho que lo intentemos ya no podemos intensificar.

Trabajo en un edificio donde ¨convivimos¨ aproximadamente unas 1000 personas, de las cuales 600 pertenecen a la empresa para la cual trabajo. Hay mucho movimiento entre departamentos, la gente cambian de una planta a otra y a veces, después de varios años uno se encuentra con alguien que habíais dejado de ver y que solo en ese instante te das cuenta que aun está en la empresa y percibes que a el/ella le ha sucedido lo mismo que a ti al verte. También sucede que, hay personas con las que a pesar de haber trabajado muy de cerca y haber sido buenos compañeros, si hay movimiento, siempre se procura mantener el contacto. Es increible lo que cambiar de planta puede llegar a suponer en cuanto a lejanía se trata.

Desde hace unos meses, llevo esperando la llegada de una ¨crisis¨... y, ya ha llegado.
El Lunes, alguien a quien conocí hace 2 años y que aprendí a querer en ese preciso  instante,  Alexandra, se marchó de la empresa con el fin de emprender una aventura ... un MBA en Georgetown. Mañana, si no sucede un milagro, también se marcha alguien sumamente importante para mí, ésta es desde hace 8 años como una hermana, Miniña Bea. Nuestra amistad ha convertido cada día laboral durante estos años en una semi-fiesta. Bea y yo habíamos compartido área de trabajo pero fue trasladada a otros departamentos en distintas plantas pero a diferencia de otras personas,   no nos importa la distancia que estas marcaba entre nosotras y nos seguimos viendo cada día. Hoy, día 17 de Enero de 2025, después de 12 años, vuelvo a retomar el hábito de escribir en este espacio y, seguiré contando la historia de nuestro vínculo desde entonces a día de hoy, es largo de contar pero lo más importante es que continuará hasta el último día de mi existencia.  
Paciencia, pués...