Trabajo en un edificio donde ¨convivimos¨ aproximadamente unas 1000 personas, de las cuales 600 pertenecen a la empresa para la cual trabajo. Hay mucho movimiento entre departamentos, la gente cambian de una planta a otra y a veces, después de varios años uno se encuentra con alguien que habíais dejado de ver y que solo en ese instante te das cuenta que aun está en la empresa y percibes que a el/ella le ha sucedido lo mismo que a ti al verte. También sucede que, hay personas con las que a pesar de haber trabajado muy de cerca y haber sido buenos compañeros, si hay movimiento, siempre se procura mantener el contacto. Es increible lo que cambiar de planta puede llegar a suponer en cuanto a lejanía se trata.
Desde hace unos meses, llevo esperando la llegada de una ¨crisis¨... y, ya ha llegado.
El Lunes, alguien a quien conocí hace 2 años y que aprendí a querer en ese preciso instante, Alexandra, se marchó de la empresa con el fin de emprender una aventura ... un MBA en Georgetown. Mañana, si no sucede un milagro, también se marcha alguien sumamente importante para mí, ésta es desde hace 8 años como una hermana, Miniña Bea. Nuestra amistad ha convertido cada día laboral durante estos años en una semi-fiesta. Bea y yo habíamos compartido área de trabajo pero fue trasladada a otros departamentos en distintas plantas pero a diferencia de otras personas, no nos importa la distancia que estas marcaba entre nosotras y nos seguimos viendo cada día. Hoy, día 17 de Enero de 2025, después de 12 años, vuelvo a retomar el hábito de escribir en este espacio y, seguiré contando la historia de nuestro vínculo desde entonces a día de hoy, es largo de contar pero lo más importante es que continuará hasta el último día de mi existencia.
Paciencia, pués...
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