lunes, 14 de marzo de 2011

El ¨no¨ poder de la conquista

Erase una vez una frase: ¨mucho prometer hasta meter... una vez metido, nada de lo prometido. ¿ Quien decía esto, nuestras abuelas?

Hoy día, esta frase carece del sentido de antaño . Ya que, ni el que da ni el que recibe, creo estén atados a promesas. Mas bien, las tornas han cambiado y el que mete, desearía que le prometieran.. algo.

A lo que voy. Para mi, esta frase tiene otro significado: Una vez ejecutada la conquista, se pierde en gran parte el interés.

El ansia de conseguir el objetivo nos llena de energía para hacer lo imposible. Si se trata de una conquista amorosa (actual) nos ponemos manos a la obra. Llamamos por teléfono 5 veces al día, mandamos 10 sms, 10 correos, nos desplazamos donde haga falta, a la hora que sea , ya caigan chuzos de punta. Todo, debido a la necesidad de conseguir, de conquistar. Se crea un ambiente extremadamente emocionante. Palabras llenas de pasión pendientes de ser consumadas, esas que tanto revuelven en alma, el ser. Estraperlo de sensaciones ¡no hay nada mejor! . Poco a poco, la frecuencia disminuye. Ha habido victoria, la conquista fue exitosa. Ya no importan los sms, los mails dejan de llegar y, a penas suena el teléfono.

Nunca una conquista lo fue, sin consiguientes enfrentamientos. Sin intentar despojar al conquistador. Sin que este, nuevamente intente reconquistar.

Todo aquello, por muy poco atractivo que sea. Una vez conquistado despierta interés en los demás. ¿ que habrá visto el conquistador de atractivo en su conquista? empieza la curiosidad a dar fruto a la imaginación y, de un momento a otro, se convierte en punto de atención. Este, el punto de atención( en este caso, el /ella) percibe lo atractivo que es para el resto, aquellos que antes, ni existía para ellos. De repente, todo empieza a cambiar. Su atractivo realmente se potencia, convirtiéndose en una autentica realidad. El sentirse bien consigo mismo debido a la subida de auto estima, hace que la persona florezca , irradia felicidad y, al suceder esto, el resto de la gente, los otros posibles conquistadores, aprecian la luz que ahora desprende esta persona recién conquistada y, al igual que ha sucedido siempre, surge la posibilidad de ser tomad@ nuevamente por otros.

Lo mismo nos puede pasar con un puesto de trabajo. Este, una vez conseguido, después de todo el esfuerzo , de toda la energía e ilusión puesto en ello. Una vez situados, si no se hace por mantenerse actualizado, si se llega a la zona de confort, alguien con ganas de conquista, puede llegar y arrebatarnos este espacio que nosotros, una vez hemos creído poseer, llegamos a descuidar. Todo aquello que se encuentra accesible para uno, lo esta para miles y, si nos creemos que una vez en la meta, ya hemos ganado, estamos equivocados. Ahí, en ese preciso instante, es donde empieza la carrera. La de mantener lo que hemos conseguido, alimentando cada instante, mientras dure. El creer estar completamente seguros, sea de la forma que sea, nos conduce a una ligera dejadez . Nos despreocupamos lo suficiente, como para que en ese espacio que dejamos a la intemperie, por esa diminuta ranura, entren vientos nuevos, con aires de conquista.

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