viernes, 28 de mayo de 2010

Estar

Estar donde se está, sabiendo que es donde has llegado porque así lo has querido y, disfrutarlo felizmente, es buena medicina para el alma.

Recuerdo que mi madre, siempre andaba tras de mi para que me animase y fuese a la universidad, que se me daba muy bien estudiar y que podría llegar "alto". Ella, la mujer entendía por alto, tener carrera, título un buen cargo… lo que toda madre quiere para su retoño, y que llegase a ser lo que ella no había sido(pero si era única).Ella estaba confundida y así se lo expliqué en su momento: Mama, no te preocupes, yo sé que quieres lo mejor para mi, pero déjame que llegue donde yo pueda o quiera, y lo que debes desear para mi, es que una vez allí, me sienta feliz. Lo más importante no es ser lo que los demás quieran que yo sea, sino ser quien yo soy sin tener que demostrar qué soy… Después de estas palabras ella nunca más volvió a hablar del tema.

Nunca sabré si de haber llegado “alto” hubiera sido más feliz, sé que todo hubiera sido distinto, pero siempre lo es… arriba o abajo.

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