Se dice que, a todo aquel que viaja a India le cambia la vida.
Yo no creo que así sea, o , al menos no de forma definitiva.
Tan solo han estado viendo los toros desde la barrera y aun así, impresionan pero, rara vez se lanzan al ruedo como ¨maletillas¨. Durante el espectáculo se redimen,se solidarizan, se quedan con los bolsillos vacíos de esas monedillas que a propósito cambian lo más bajo posible para tener más para repartir cuantas más y, hasta pueden llegar a pasar hambre un día o varios ya que también puede suceder que ofrezcan el pic-nic que les preparan en el hotel para salir a la excursión. En este transcurso, se llega a sentir desde dentro a afuera y hasta el más sádico e insensible ser, sucumbe ante lo visual. Digo visual, ya que lo que se ve no es en realidad lo que existe, no es en realidad lo que yo creo que significa todo esto. Todo esto, me refiero al consentimiento y el porqué de tal acto. ¿Es que una parte de la humanidad necesita de la otra para sobrevivir a sus pecados? ¿Es que ni aun así sobrevivimos? ¿Es que solo nos sensibilizamos ante la irrealidad? Irrealidad ya que no puede ser real sino un mal sueño. Un sueño que se mantiene, que mantienen para nosotros, con el fin de disfrazar nuestra pesadilla. Imagino escenas de viajeros que llegan de regreso a sus hogares con caras afligidas contando a todos lo penoso que ha sido la estancia, la miseria que les ha rodeado, miseria visual. Durante unos días, les sigue rondando en la cabeza y puede que en el corazón, pero después de haberlo contado todo a todos, nuevamente regresan a su obra teatral cotidiana y en breve todo formará parte del álbum de fotos vacacionales. Acaso es necesario mantener esa otra mitad para que esta otra abdique ante la miseria humana que nos están labrando, esa que sí nos rodea y atrapa y asfixia y degenera. Acaso así nos consideramos afortunados y aceptamos nuestra mala fortuna. Es que de no existir esta división tan devastadora dejaríamos de sentirnos humanos al menos en ocasiones. Que somos en realidad o, que no somos. Sería ideal no tener que ir a los toros, con o sin barrera...
Yo no creo que así sea, o , al menos no de forma definitiva.
Tan solo han estado viendo los toros desde la barrera y aun así, impresionan pero, rara vez se lanzan al ruedo como ¨maletillas¨. Durante el espectáculo se redimen,se solidarizan, se quedan con los bolsillos vacíos de esas monedillas que a propósito cambian lo más bajo posible para tener más para repartir cuantas más y, hasta pueden llegar a pasar hambre un día o varios ya que también puede suceder que ofrezcan el pic-nic que les preparan en el hotel para salir a la excursión. En este transcurso, se llega a sentir desde dentro a afuera y hasta el más sádico e insensible ser, sucumbe ante lo visual. Digo visual, ya que lo que se ve no es en realidad lo que existe, no es en realidad lo que yo creo que significa todo esto. Todo esto, me refiero al consentimiento y el porqué de tal acto. ¿Es que una parte de la humanidad necesita de la otra para sobrevivir a sus pecados? ¿Es que ni aun así sobrevivimos? ¿Es que solo nos sensibilizamos ante la irrealidad? Irrealidad ya que no puede ser real sino un mal sueño. Un sueño que se mantiene, que mantienen para nosotros, con el fin de disfrazar nuestra pesadilla. Imagino escenas de viajeros que llegan de regreso a sus hogares con caras afligidas contando a todos lo penoso que ha sido la estancia, la miseria que les ha rodeado, miseria visual. Durante unos días, les sigue rondando en la cabeza y puede que en el corazón, pero después de haberlo contado todo a todos, nuevamente regresan a su obra teatral cotidiana y en breve todo formará parte del álbum de fotos vacacionales. Acaso es necesario mantener esa otra mitad para que esta otra abdique ante la miseria humana que nos están labrando, esa que sí nos rodea y atrapa y asfixia y degenera. Acaso así nos consideramos afortunados y aceptamos nuestra mala fortuna. Es que de no existir esta división tan devastadora dejaríamos de sentirnos humanos al menos en ocasiones. Que somos en realidad o, que no somos. Sería ideal no tener que ir a los toros, con o sin barrera...
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