martes, 8 de marzo de 2011

Frases

Por qué desde tiempos inmemorables, los padres, se empeñan en que sus hijos sean más o mejor que ellos. Que sean más de lo que estos han llegado a ser. Es que en realidad a nadie le gusta ser lo que es. Es que siempre nos parece poco, todo. Es que siempre tiene que haber más. Se les preguntó a aquellos hijos si querían ser más que lo que fueron sus padres. Se nos ha preguntado a nosotros. Les hemos preguntado - quien los tenga- a los nuestros. Nuestros hijos seguirán pensando lo mismo y dirán la frase¨ mágica¨. Esa tan genéricamente legada.

Me pregunto por qué se dice esto. Es que llegado un punto en la vida, perdemos interés en la nuestra propia o vemos que no llegamos donde queremos y, queremos que ellos sean nuestra continuación. Aquello que nosotros no hemos llegado a ser. Imponiéndoles, inconscientemente a ellos ese ¨deber¨. Queremos seguir viviendo a través de sus logros, de sus metas. Esas que soñamos para ellos. Pero que no son ellos los protagonistas directos, sino nosotros.

Si efectivamente, cada uno de los hijos de nuestros antepasados, y todos los hijos del mundo hubiesen ido superando a sus padres. En este instante, habríamos dejado de existir como humanos y nos habríamos convertido en materia microscópica, la cual no tendría forma y, mucho menos, cuerpo. Habríamos dejado de ser materia. Cuando precisamente, contrariamente, cada vez somos más materialistas. Cuando más se cultiva el cuerpo y se venera la eterna juventud. Cuando cada vez, importa más lo material, el materialismo. Esto, señala lo contrario de lo que todos esos padres deseaban para sus hijos, esa superación. ¿O, ellos también se refieren a esto, al materialismo, y no a llegar a ser mejores, pero de verdad, en lo más interno de su ser? Que quieren decir los padres en realidad, qué queremos decir?

Aquel que afana llegar más lejos cuando ya ha llegado, es aquel perdido en su interior. Nunca se encuentra y de ahí que siga en busca de su propia búsqueda. Que a la vez, le aleja más y más de sí mismo.

Si desde la más temprana niñez no nos empezasen a instruir como se hace. Si nos dejasen que nuestro ser evolucionase de forma natural. Nosotros mismos, la fuente de sabiduría innata, nos llevaría hasta ese lugar que existe en cada uno de nosotros. Llegaríamos limpios de mente, básicos, pero menos confundidos. Ni teología, ni política, ni filosofía. Cada uno con su propio criterio, limpio, naif . Este sería el momento apropiado para ser instruidos, basandonos en los principios adquiridos, sin manipulación alguna. Considero un error de la humanidad querer predeterminar desde la infancia, a través del tipo y periodo de enseñanza , qué debe ser cada uno en la vida. Siendo que, lo primero que deberíamos aprender es a conocernos y encontrarnos, antes de ser invadidos por todos esos agentes externos que aunque genéricos, no a todos vienen bien. De ahí no saber a veces ni por donde nos andamos, ya que no sabemos por donde queremos andar, ni si queremos hacerlo. Prefiero no transmitir nada a transmitir la información equivocada, distorsionada. Esa que persiste y que cada vez se distorsiona mas.