Siempre he considerado que el oficio de taxista, debe ser duro pero, desde luego que cada kilómetro dedicado a cada servicio, no solo es una carrera , sino que podría considerarse como tal universidad, el día a día de un taxista de cualquier gran ciudad.
Ya he contado alguna anécdota relacionada a este gremio y, podría contar alguna más, unas agradables y otras menos, como la que voy a relatar ahora.
Desde muy pequeña, me encantaba ver en televisión cada semana un programa que había dedicado a la zarzuela. No sé cuando ni como, le comenté a mi amiga está afición pero sin más ya que, pensé que este arte había pasado a la historia. Ella, que es así, buscó la forma de llevarme a la zarzuela en vivo y, hoy, era el día. Chulapa ella, Chulapa yo y, ¨La Chulapona¨, de nombre la función.
Estaba perezosa de conducir o, más bien de pensar en la idea de tener que buscar donde aparcar en el centro de Madrid por lo que, he decido ir en taxi. Según caminada hacia la parada, iba pensando que si el taxista era extranjero, que le daría la dirección del teatro y que de ser ¨nacional¨ le diría sin lugar a duda; al teatro de la Zarzuela, por favor! inconfundible... Al entrar en el vehículo, he visto que el señor -taxista- era de aquí - ya no sé ni como denominarnos- y ni corta ni perezosa, le he contado lo que venía pensando por el camino, lo de las 2 versiones de como indicarle el destino- no el suyo obviamente, sino el mío en ese instante. El señor ha arrancado y nada más empezar la carrera, ha sacado de la guantera un CD de Serrat en Catalá y así hemos ido recreándonos por las calles de los Madriles, y sin mediar palabra. He estado a punto de decirle que cambiavamos de ruta y que me hubiese llevado a la plaza de Colón y que hubiese parado bajo la bandera ondeante de España pero, de haberlo hecho, tan solo me hubiera puesto a su altura y no he considerado apropiada la idea a pesar de que se me han revuelto las tripas, durante unos minutos, nada más ya que más no merecía. Al salir del taxi, me he despedido cordialmente... adéu... y, que alegría al llegar a la puerta y ver tanto bueno allí esperando y, que bueno ver que estamos recuperando algo tan NUESTRO como es la zarzuela y, cuando digo NUESTRO, no me refiero a exclusivo castizo de Madrid, como lo es, sino NUESTRO como parte de la cultura de España.
También le podría haber dicho; i que visqui l'altiplà...que cony feixos aquí però, m'ha donat pena pensar que traumes pot haver hagut de, he estat molt Madrilenya i li he acollit.
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