Desde hace casi un año, he ido echando en una hucha las monedas que me iban llegando de 2€. He de reconocer que, no todas terminaron en la hucha ya que no siempre el bolsillo ha estado holgado y a veces, las dos o tres monedas que en mente deberían haber ido a ese depósito, simplemente hicieron falta . El propósito de tal acto era, ir guardando dinerillo para cuando llegase la hora en la que mi hijo se sacase el carné de conducir al cumplir los 18 y, ayer fue su primer día de clase y, obviamente, la hucha fue desvirgada. Según iba contando las monedas, me encantaba el olor a metal reposado, y la aspereza y ligero tono grisáceo que dejó en mis manos ya que ello me hizo recordar cuando hice algo así, hace ya 18 años , cuando abrí la hucha gigante de cerámica en forma de cerdo – que aun conservo como objeto sumamente entrañable para nosotros- y que en ésta echaba toda monedilla que iba quedando en el fondo del monedero. Entonces, el propósito de la colecta era la de comprar el carrito para cuando él naciese.
No siempre la vida nos va sobre ruedas y, a veces, tenemos que apañárnoslas como se puede y a veces, es que ni uno tiene ni como apañarse.
Anoche, me desperté de un sueño extraño y, nada más hacerlo, me llegó un pensamiento de forma automática, como si el motivo de despertar hubiese sido el pensamiento que estaba dando vueltas en mi subconsciente en vez de el extraño sueño. En ese instante empecé a plantearme una idea que a día de hoy, es algo descabellada pero, no por ello carente de lógica, al menos, mi lógica.
Se trata de ceder el paso. Ceder el paso al relevo generacional lo antes posible. Eso es lo que pensé según despertaba.
No siempre es factible y no siempre es posible y no siempre se quiere hacer ese relevo pero, y si se hiciese a tiempo, ¿que sucedería? A tiempo, me refiero a tiempo para todos. A tiempo para que los que se retiran puedan disfrutar de su vida después de haber contribuido y con el fin de ceder el lugar a los que deben llegar y, que este relevo, les permita llegar a estos otros con tiempo suficiente para elaborar sus vidas y llegar al punto en el cual ellos deban dar paso a otro relevo y así sucesivamente.
En ocasiones he escuchado a personas que aun les queda unos años para la jubilación decir que, no van a dejar de trabajar antes de tiempo ya que ello significa que les van a descontar un tanto por ciento de la pensión que les correspondiese y que después de estar toda la vida trabajando, que no iban a consentir esa reducción, que seguirían trabajando hasta el ultimo momento,que gran venganza, pero contra quien . Hay opiniones para todos los gustos y situaciones pero, a cierta edad, lo que importa no es principalmente la aportación económica que nos pueda quedar, sino ¿ que tiempo con autentica calidad de vida y de la cual podamos disfrutar , nos va a quedar después de la jubilación y el 100% de pensión. La edad no pasa en balde, el tiempo, sí ? En que situación se encontrará el relevo generacional en este punto si no hay oportunidad de empezar y, si acaso, muy tarde.
Siempre he pensado que las huelgas o, manifestarse con previo aviso no funciona. No funciona avisar a los dirigentes qué es lo que tenemos entre manos, cuales son nuestros pensamientos profundos ya que, de esta forma les estamos dando la oportunidad de crear armas defensivas en nuestra contra- aun más de las que ya poseen- . El ciudadano silencioso es terrorífico ya que no se sabe por donde anda, no se sabe que ronda en su mente y los dirigentes no saben contra que deben prepararse. Anoche pensaba en, ¿ que sucedería si cada ciudadano del mundo cesase de trabajar durante un mes al cumplir los 60 años de edad, sin previo aviso? ¿que les despedirían? seguro... ¿Y entonces que sucedería….?
No hago más que pensar en este tema y, en llegar a la edad límite en la cual me sea permitido dejar paso al relevo generacional que corresponda , si es que aun sigo teniendo empleo, claro está y, que sus vidas empiecen a tener movimiento lo antes posible aunque, ello implique mucho esfuerzo y no siempre les vaya sobre ruedas….