Hubo un tiempo en el que interesarse por los sucesos era cosa de gente ¨rara¨. No todo el mundo se atrevía a comprar el periódico ¨EL Caso¨o, al menos, leerlo en un lugar publico ya que ello, leer este tipo de prensa, no estaba bien visto. Tan solo recuerdo haber visto leer este periódico a 2 personas, estas, una el cuñado del por entonces mi novio y, la segunda, el padre de mi novio... El cuñado, no voy a negar que era y es un fenómeno de la naturaleza, ex-boxeador, ex-comunista, ex-marido, ex-propiado, ex-amante, ex-comulgado... el padre de mi novio, también era un ser especialmente distinto, aunque magnífico sin quitarle al otro algún atributo escondido por ahí. La primera vez que iba a conocer al cuñado, mi novio ya me había hablado de este y entre una de las cosas para él sorprendentes era que su cuñado estaba chalado y que hasta leía el caso... yo solo tenía 14 años y sinceramente, estaba acojonada por el encuentro.
Entonces, los sucesos puede que se contasen con los dedos o, no se contasen todos los que sucedían o, solo se publicaban aquellos ¨aptos¨después de mil censuras, vaya usted a saber... pero eran pocos. Hoy día, los sucesos están a la orden del día, en realidad, la vida cotidiana es un autentico CASO y los sucesos se dan y transmiten en vivo, parece ser como si hubiera una maldita cámara no solo detrás de nuestra puerta, sino detrás de nosotros o, peor aun, la llevamos encima. No pasa un minuto desde un suceso cuando ya se está transmitiendo mundialmente, no da tiempo a que suceda y ya está sucediendo. A diferencia de entonces, hoy, me atrevería a decir que ,todos somos raros y que obviamente, ya no caben los sucesos en unas pocas páginas de un periódico y ya no existe la odiosa censura, todo se da en vivo y en directo y todos formamos parte del contenido macabro de esta red sin limite y cada vez, hay más protagonistas directos.
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