Aunque nací en Australia- por accidente- mi familia es toda Madrileña, del Carabanchel, delde antes….el típico barrio de casitas bajas con patio que, aunque parezca atractivo según lo describo, eran viviendas infrahumanas
en su gran mayoría pero, era aquella España…
Pienso atrás ,retrocedo a aquella época y me doy cuenta que con tan solo 6-7 años empecé a tener pensamientos y ver la vida un tanto como adulta y, no precisamente por haberme sido inculcado absolutamente nada por mis padres o abuelos, simplemente, por cómo se desarrolló mi vida, en aquellos años duros de roer….duros, al menos para mi familia pues, sé que normal-mente las personas de mi edad, ya no lo pasaban de ésta manera y, cuando lo cuento, les suena a Chino.
Mi abuelo materno levantó una casa para la familia, haciendo él mismo los ladrillos y toda la construcción en si. Cuando estalló la guerra al ser esta casa la única suficientemente grande en el barrio, fue tomada por las milicias
Pienso atrás ,retrocedo a aquella época y me doy cuenta que con tan solo 6-7 años empecé a tener pensamientos y ver la vida un tanto como adulta y, no precisamente por haberme sido inculcado absolutamente nada por mis padres o abuelos, simplemente, por cómo se desarrolló mi vida, en aquellos años duros de roer….duros, al menos para mi familia pues, sé que normal-mente las personas de mi edad, ya no lo pasaban de ésta manera y, cuando lo cuento, les suena a Chino.
Mi abuelo materno levantó una casa para la familia, haciendo él mismo los ladrillos y toda la construcción en si. Cuando estalló la guerra al ser esta casa la única suficientemente grande en el barrio, fue tomada por las milicias
y mi familia tirada a calle …. pero esto fue algo muy generalizado por entonces y, esta vez, no es de la guerra ni de la posguerra de lo que voy a hablar…. eso, otro día…
Mi abuelo enviudó muy joven y esta casa, fue distribuida para que fuese el hogar de sus tres hijos y familias. Cada diminuta vivienda constaba de 1 habitación –con un cortinaje en medio para proporcionar un poco de
Mi abuelo enviudó muy joven y esta casa, fue distribuida para que fuese el hogar de sus tres hijos y familias. Cada diminuta vivienda constaba de 1 habitación –con un cortinaje en medio para proporcionar un poco de
“intimidad” a mis padres- y un espacio reducido llamado cocina, el retrete estaba en el patio y era de uso compartido.
Mi padre, era artesano de la madera y, durante unos años, esto daba para ir tirando pero, dejó de ser así y a la vez, dejó de tener profesión y, dejamos de tener recursos. Trabajó de pocero haciendo las bóvedas del alcantarillado de Madrid a base de piqueta - quedó sepultado 3 veces- esto, también era consecuencia de aquella época.
En casa, no había agua corriente, teníamos que ir a la fuente pública a por ella y, todos lo hacíamos, cada uno en su medida.. yo tenia un pequeño cubito rojo que aun recuerdo. Cuando en invierno mi madre lavaba la ropa, lo hacía en el patio en un pilón y recuerdo como tenía que romper el hielo del barreño de agua con una piedra de pedernal que, tenía para esta función…. sus manos no lo eran, eran cosas moradas….pero jamás le oí rechistar por ello. Una vez terminada la colada, la ayudábamos a tender la ropa , teníamos que ir hasta la pradera y allí en cuerdas que atábamos entre los árboles, allí se tendía.
En la cocina, había un fogón, este, siempre estaba brillante pues mi madre lo limpiaba mucho y parecía de plata, lo que más me gustaba era verlo encendido por la noche, ver en la oscuridad esas arandelas al rojo vivo y cómo a veces el humo salía por ese pequeño agujerito del centro.Como en invierno hacía muchísimo frío y en la casa había mucha humedad, mi madre antes de acostarnos, metía unos ladrillos al horno y cuando calentitos, les envolvía en unas toallas y les metía en la cama para que ésta, estuviese calentita al acostarnos…. que gusto!!
Ella, nos hacía los regalos de Reyes pues no había para comprarlos, muñecas de trapo, caramelos con un poco de azúcar, rosquillas, ropita.. es lo que se podía y, jamás eché de menos el no haber tenido unos Reyes de "fábrica”. Recuerdo , cuantas veces mis hermanos y yo nos habíamos puesto a comer y ver que ellos, mis padres, se sentaban a la mesa y no comían lo mismo que nosotros ..o simplemente no comían o nos decían
Mi padre, era artesano de la madera y, durante unos años, esto daba para ir tirando pero, dejó de ser así y a la vez, dejó de tener profesión y, dejamos de tener recursos. Trabajó de pocero haciendo las bóvedas del alcantarillado de Madrid a base de piqueta - quedó sepultado 3 veces- esto, también era consecuencia de aquella época.
En casa, no había agua corriente, teníamos que ir a la fuente pública a por ella y, todos lo hacíamos, cada uno en su medida.. yo tenia un pequeño cubito rojo que aun recuerdo. Cuando en invierno mi madre lavaba la ropa, lo hacía en el patio en un pilón y recuerdo como tenía que romper el hielo del barreño de agua con una piedra de pedernal que, tenía para esta función…. sus manos no lo eran, eran cosas moradas….pero jamás le oí rechistar por ello. Una vez terminada la colada, la ayudábamos a tender la ropa , teníamos que ir hasta la pradera y allí en cuerdas que atábamos entre los árboles, allí se tendía.
En la cocina, había un fogón, este, siempre estaba brillante pues mi madre lo limpiaba mucho y parecía de plata, lo que más me gustaba era verlo encendido por la noche, ver en la oscuridad esas arandelas al rojo vivo y cómo a veces el humo salía por ese pequeño agujerito del centro.Como en invierno hacía muchísimo frío y en la casa había mucha humedad, mi madre antes de acostarnos, metía unos ladrillos al horno y cuando calentitos, les envolvía en unas toallas y les metía en la cama para que ésta, estuviese calentita al acostarnos…. que gusto!!
Ella, nos hacía los regalos de Reyes pues no había para comprarlos, muñecas de trapo, caramelos con un poco de azúcar, rosquillas, ropita.. es lo que se podía y, jamás eché de menos el no haber tenido unos Reyes de "fábrica”. Recuerdo , cuantas veces mis hermanos y yo nos habíamos puesto a comer y ver que ellos, mis padres, se sentaban a la mesa y no comían lo mismo que nosotros ..o simplemente no comían o nos decían
que ya habían comido…. Ahora lo analizo y sé que ellos nos daban el alimento y ellos simplemente a veces se acostaban con la tripa medio vacía.
La primavera y verano eran otra cosa, la humedad de las paredes se secaba y todo olía de distinta manera.. aunque los recursos eran los mismos, el sol lo arreglaba casi todo , al menos para mí… ya podía salir al patio a jugar con los perros , corretear detrás de los ratoncillos ,huir de las enormes ratas, de ir a la pradera a coger florecillas y trenzarlas para hacerme collares y coronas para el pelo, disfrutar de las tardes-noches cuando
La primavera y verano eran otra cosa, la humedad de las paredes se secaba y todo olía de distinta manera.. aunque los recursos eran los mismos, el sol lo arreglaba casi todo , al menos para mí… ya podía salir al patio a jugar con los perros , corretear detrás de los ratoncillos ,huir de las enormes ratas, de ir a la pradera a coger florecillas y trenzarlas para hacerme collares y coronas para el pelo, disfrutar de las tardes-noches cuando
todos los vecinos de la calle salían con sus sillas a tomar el fresco, cuando todas las puertas permanecían abiertas y cada hogar era como tuyo propio. Que lindo se veía el cielo entonces que lindas las estrellas…. tan limpias!!
Podría contar innumerables situaciones las cuales aun siendo de carencia material , proporcionaron en mi un concepto de la vida y del amor qué, no hubiera sido así de haber transcurrido mi niñez, de otra manera. No había recursos pero, el amor de mis padres , su unión, su dedicación y esfuerzo y, el verme involucrada y haber tenido la capacidad desde niña, de aceptar la situación y entenderlo ha enriquecido mi vida y, esto que yo percibí en mi infancia, intento transmitírselo a mi hijo y, le hago ver y le demuestro con la práctica en muchas ocasiones, que la vida hoy en día es de lo más fácil… que nosotros mismos somos los que la hacemos insoportable con muestras exigencias, con nuestro materialismo, con nuestro afán de poseer más de lo que podemos consumir, con consumir más de lo que podemos pagar, con no respetar y no respetarnos. Le digo que hay que saber estar a gusto consigo mismo y, con lo que a él le vaya bien, no fijándose en lo que los demás pretendan ser….no ser
lo que los demás quieran que él sea, aprender a ser, lo que cada uno es y respetarlo.
I am who I am, and I am what I am
Podría contar innumerables situaciones las cuales aun siendo de carencia material , proporcionaron en mi un concepto de la vida y del amor qué, no hubiera sido así de haber transcurrido mi niñez, de otra manera. No había recursos pero, el amor de mis padres , su unión, su dedicación y esfuerzo y, el verme involucrada y haber tenido la capacidad desde niña, de aceptar la situación y entenderlo ha enriquecido mi vida y, esto que yo percibí en mi infancia, intento transmitírselo a mi hijo y, le hago ver y le demuestro con la práctica en muchas ocasiones, que la vida hoy en día es de lo más fácil… que nosotros mismos somos los que la hacemos insoportable con muestras exigencias, con nuestro materialismo, con nuestro afán de poseer más de lo que podemos consumir, con consumir más de lo que podemos pagar, con no respetar y no respetarnos. Le digo que hay que saber estar a gusto consigo mismo y, con lo que a él le vaya bien, no fijándose en lo que los demás pretendan ser….no ser
lo que los demás quieran que él sea, aprender a ser, lo que cada uno es y respetarlo.
I am who I am, and I am what I am
Ya le tenía simpatía querida Sila, a través de lo que de Ud. leía, pero hoy ha pegado un subidón mi aprecio por Ud.; si la tuviera a mano, le daría un abrazo bestial, que podría hacerle crujir los huesos. Crecí en unas circunstancias parecidas, aunque no tan crudas, porque teníamos agua corriente en unos edificios que el gobierno de Perón había construído para el aluvión de inmigrantes y desplazados internos de las provincias menos favorecidas. La pobreza nunca fue un problema, porque hasta los trece años en que comencé la secundaria y conocí a la clase media, no había conocido otra cosa. Tuve menos suerte con la relación de mis padres entre sí, disputaban a menudo y terminaron separándose cuando yo tenía 16 años; pero como mi madre era la que dirigía el barco, y era una mujer sin estudios, mas admirable, todos los hermanos heredamos su ecuanimidad, su ambición de cultura y su cruda sensatez, en un medio inculto, brutal y violento. La escasez enseña más que la satisfacción, eso lo tengo tan claro, y si bien he hecho regalos industriales a mi hija cuando fui rey mago, le inculqué la adaptación a las circunstancias y la humildad de los deseos materiales, promoviendo en su cabecita, una austeridad no obsesa, sino racional con lo finito.
ResponderEliminarGracias, me ha dado un buen comienzo del día.